¿Visa para el Clásico?
Dime, hermano, ¿te enteraste del lío que hay con el equipo Cuba y el Clásico Mundial? Parece que la cosa está más pelúa que un gato en un cajón de agujas. Resulta que pa’ ir a jugar a Estados Unidos, necesitan visas, ¿ah? Y eso, asere, es como buscarle cinco patas al gato.
La visa, un obstáculo de “pinga”
El cuento es que, aunque hay una ley que dice que a los atletas les dan visa sin problemas, la realidad es otra. El secretario de Estado, ese señor con la mano en el timón de las visas, tiene la última palabra. Y ahí es donde se pone la cosa fea, porque a veces, la política se mete en medio del juego limpio, y eso…
El legado de Trump
Algunas malas lenguas dicen que las trabas con las visas comenzaron a ponerse más bravas desde la época de Trump. Él, con sus políticas, puso el palo en la rueda a los deportistas cubanos. Aunque no lo diga abiertamente, la cosa es que andar por allá pa’ un cubano, es como caminar sobre brasas.
¿Será que juegan o no? ¡La incertidumbre!
La incertidumbre, mi gente, es lo que más pica. No sabes si celebrar o prepararte pa’ la decepción. Los peloteros, los dirigentes, hasta los fanáticos, están con los nervios de punta. El Clásico es importante, no solo por el deporte, sino por lo que representa para Cuba. Perder esa oportunidad… ¡ay, qué dolor!
La pelota y la política: un matrimonio infernal
Al final del día, hermano, esto es una mezcla explosiva de pelota y política. La cuestión de las visas es un ejemplo claro de cómo la política se mete hasta en la cocina. Mientras tanto, los cubanos, en la esquina y en la diáspora, seguimos con el corazón en un puño, esperando a ver si nuestros peloteros pueden jugar o no. ¡Tremendo lío!
Y tú, ¿qué piensas, asere? ¿Juegan o no juegan los nuestros?
Este es el resumen del problema, mi gente. La incertidumbre es la reina del juego. Hasta nuevo aviso, la cosa sigue al debe.