¡Varadero, un desierto en pleno verano! ¡La guagua del turismo se fue de vacaciones!
Dime, hermano, échate este cuento. Varadero, el paraíso que pintaba las postales, está más vacío que la nevera de mi abuela después del ciclón. Ni pinga de turistas, ¡y los propios cubanos ni se asoman! Un video que anda dando vueltas por ahí, de una tipa en TikTok, @briana_matancera, muestra una Varadero más desierta que un campo de batalla después de la guerra. Calles peladas, negocios cerrados… ¡Tremendo chasco!
El paraíso se fue a pique
La muchacha, en su video, pasa como alma que lleva el diablo por esas calles vacías, como si estuviera en un pueblo fantasma. Dice que antes, en esta época, Varadero estaba a reventar de gente. Ahora… ¡ni la sombra! Y eso no es porque la playa esté fea, ¡no, asere! El problema está más adentro, en la guagua del sistema que se le cayó el chasis hace rato.
Falta de gasolina, precios de transporte por las nubes, apagones que te dejan con la lengua afuera, escasez de comida… ¡Eso es candela pura! Todo eso le está pegando al turismo como un martillo al pobre del dominó.
Ni los cubanos se salvan
Y lo más triste, mi gente, es que ni siquiera los cubanos pueden disfrutar de su propia playa. Viajar desde otras provincias a Varadero se ha vuelto un lujo de comepinga, un privilegio para pocos. La gasolina está más cara que el oro, y las guaguas… ¡ah, esas guaguas!
Las cifras oficiales, esas que siempre llegan tarde y con mal olor, confirman el bajón. Este año, ¡han llegado menos de 319 mil turistas! ¡Menos de un cuarto de lo que venía! La ocupación hotelera está por los suelos… ¡Un verdadero desastre!
Más hoteles, menos comida: la receta del fracaso
“Más hoteles, menos comida”, dice la gente por ahí, y es la pura verdad. El gobierno está construyendo hoteles como si fueran churros, pero la gente no tiene ni para comer. ¿De qué le sirve un hotel cinco estrellas a un cubano que no tiene ni para comprar un pan? ¡Eso es un cuento chino, asere!
Y ni hablar de lo que cuenta otra influencer, @toxicaliz27, una dominicana que fue a Varadero y se encontró con un trato de perros: discriminación, mal servicio… ¡un verdadero abuso! El paraíso caribeño se ha convertido en un infierno.
¿Hasta cuándo, mi gente?
La pregunta que nos queda a todos es: ¿Hasta cuándo seguirá el gobierno metiendo plata en un turismo que está más muerto que un gato en el cementerio? Mientras tanto, Cuba se desmorona delante de nuestros ojos… ¡Tremendo lío! Y por lo que se ve, la guagua del turismo no va a regresar pronto.