¡Un falso inspector y una enfermera estafadora en Holguín!
Dime, hermano, échate este cuento que te va a dejar con la boca abierta. En Holguín, la cosa está que arde, y no precisamente por el calor. Resulta que la creatividad para “resolver” en medio de la crisis económica ha llegado a niveles de verdadera guapería criolla, de esas que solo en Cuba se ven.
El “Inspector” más chulo del reparto
Primero, tenemos a Juan Manuel García, un tipo del reparto Pedro Díaz Cuello, que se le ocurrió la brillante idea de hacerse pasar por inspector de transporte. ¡Asere, qué imaginación! El hombre, con un solapín falso que parecía sacado de una película de Chan Li-Po, se subía a las guaguas y le cobraba pasaje a la gente. ¡Como si fuera el mismísimo jefe de la ruta! Y el cuento le funcionó un tiempecito, hasta que unos inspectores de verdad lo pillaron con las manos en la masa, con el dinero en el bolsillo y una cara de “ay, Dios mío, qué vaina”. ¡Ni un salve lo salva a ese!
La enfermera “emprendedora” del Lenin
Pero espera, que la cosa no se queda ahí. En el mismo Holguín, en el hospital Vladimir Ilich Lenin, otra “emprendedora” estaba dando candela. Belkis Bauzá, con uniforme de enfermera y un descaro que tumba al Papa, alquilaba camas en la sala de maternidad. ¡A quién se le ocurre! Imaginate, tú, esperando un hijo y teniendo que pagar por una cama en el hospital… Tremendo abuso, ¿no? En fin, la cogieron también, y ahora ambas historias andan dando vueltas por las redes.
¿Guapea o desesperación?
Al final del día, ¿qué podemos decir? Estas historias, aunque suenen a chiste, muestran la tremenda realidad que viven muchos cubanos. La gente tiene que “inventar” para sobrevivir, para poder comer y para darle a sus familias. Es la cruda verdad, aunque algunos prefieran taparse los ojos. La escasez de todo lo hace necesaria la improvisación, y a veces esa improvisación se convierte en un juego arriesgado.
Así que, asere, la próxima vez que escuches a alguien decir que los cubanos son “inventivos”, piensa en estas dos historias de Holguín. ¡Una verdadera película cubana de comedia y drama! Y no me digas que no te quedaste con la boca abierta. ¡Que bolá!