¡UAZ en Cuba, mi gente! ¡Llegaron los carros rusos!
Dime, hermano, ¿te acuerdas de cuando la única forma de ir pa’ la playa era apretujado en una guagua que parecía un sardinal? Bueno, parece que eso se está poniendo un poquito mejor… o al menos, eso dicen. ¡Llegaron los primeros UAZ Patriot, ensamblados aquí mismo en la isla! ¡Tremendo!
El cuento de la Embajada Rusa (y otros chismes)
La Embajada Rusa soltó la noticia como quien tira un mango al suelo: “¡Llegaron los carros!” Y ahí quedó. No dijeron quién los compró, ni a dónde fueron a parar, ni siquiera si los están vendiendo a precio de oro o a precio de… bueno, ya tú sabes. Pura guapería rusa, ¿no?
Pero, vamos, aquí lo que importa es que ya empezaron a armarlos en Cuba. Una fábrica, dicen, que un día de estos va a sacar 500 carros al año. ¿Te imaginas? ¡500 UAZ Patriót rodando por nuestras calles! Eso sí que es candela.
¿Llegarán a mi esquina? Esa es la verdadera pregunta
Ahora, eso de los 500 carros al año suena bonito, ¿eh? Pero… ¿cuándo llegarán a la cola de la bodega de tu barrio? Esa es la pregunta del millón, mi socio. Porque, aunque los armen aquí mismo, la cosa no es tan simple como parece. Primero hay que ver quién los compra, quién los reparte, y si al final el fula no se lleva la mitad de los repuestos, pa’ que sus “amigos” los vendan al doble.
Y eso sin mencionar la gasolina, que anda más escasa que el sentido común en ciertas discusiones políticas. ¿Será que estos UAZ van a andar comiendo gasolina como si fuera comida? Si es así, se van a quedar parados antes de llegar a la mitad del camino.
La “alianza” entre Cuba y Rusia: un cuento largo
Este cuento de la UAZ en Cuba es solo un capítulo de una historia mucho más larga, más complicada. La cosa es que Cuba y Rusia están haciendo “alianzas” por todos lados, buscando la manera de sobrevivir en medio de este mar de problemas. Los rusos traen sus carros, dicen que es pa’ ayudar, y los cubanos… bueno, los cubanos se fajan con lo que tienen.
Pero, como decía mi abuela, “el que mucho abarca, poco aprieta.” Veremos a ver cómo termina este cuento de los UAZ. Si al final es un éxito rotundo, o una tremenda película cubana de esas que dejan con la lengua afuera.
En resumen: ¡Qué bolá!
¡Que bolá con la noticia, eh! UAZ en Cuba, ¡quién lo iba a decir! Pero no nos emocionemos mucho, todavía falta un trecho para que eso de la crisis del transporte se arregle de verdad. Mientras tanto, seguimos esperando la guagua, jugando dominó en la esquina y echando tremendo relajo.