¡Trujillo armó la de Troya en el Versailles!
Dime, hermano, ¿te enteraste de lo que armó Gustavo Trujillo en el Versailles? Ño, asere, esto sí que fue candela. El tipo, que se las da de boxeador a mano limpia, se fajó en una pelea verbal con otro activista, ¡en pleno restaurante! Pa’ que te enteres, la cosa se puso más mala que un guarapo sin azúcar.
Un cotorreo de campeonato
La cosa comenzó como una reunión de activistas cubanos, pero terminó siendo una pelea de gallos en alta definición. Trujillo, con sus puños quizás descansando, decidió usar la lengua como arma principal. La cosa fue tan fea, que hasta las guaguas se quedaron sin chofer de lo que estaban viendo. Gritos, insultos, el tipo no se callaba ni pa’ tomar agua. La tensión se cortaba con cuchillo.
La gente opinando: un jolgorio de opiniones
Después del guantazo verbal, las redes sociales se volvieron un ring de boxeo de comentarios. ¡Ay, Dios mío, la gente opinando de todo! Unos lo criticaban a Trujillo por “dañar la causa”, otros lo defendían, como si fuera un héroe de novela barata. Parecía un dominó cayendo en cadena, ¡una pila de opiniones diferentes!
Llamado a la calma: ¡que no se nos vaya la mano!
Algunos líderes comunitarios salieron a apaciguar los ánimos, pidiendo a la gente que “bajara el tono” y que se enfocaran en la verdadera lucha, no en las peleas internas. Es que, mi hermano, a veces nos olvidamos de que el enemigo está ahí, mirando cómo nos peleamos entre nosotros mientras la dictadura sigue haciendo de las suyas.
Un mal ejemplo: ¡que esto sea una lección!
Este encontronazo en el Versailles, aunque parezca algo simple, es un ejemplo. Necesitamos más unidad, más respeto y menos candela entre nosotros. Si no, mi hermano, nos vamos a quedar sin fuerzas pa’ luchar contra la verdadera batalla. Así que, ya tú sabes, a seguir adelante, pero con más cuidado, con más estrategia, y con mucho menos “caos” como el que armó Trujillo. Que esto sirva de lección pa’ todos, ¿qué tú dices?