¡Estamos triste! Se nos fue el Chico Bombón
Malo mi gente, que tristeza. Se nos fue un grande, un maestro del humor cubano: José Téllez, “El Chico Bombón”. La noticia cayó como una bomba, Me quedé pasmao cuando la escuché.
De La Habana a Miami, un camino de risas
El tipo, un habanero de pura cepa, nacido en 1968, era ingeniero mecánico, pero su talento para hacer reír era más potente que cualquier motor. Desde 1989 estaba pinchando en el mundo del humor, primero con Los Hepáticos, junto a “Riquimbili”. ¡Tremendo grupo! Luego fundó el Centro Promotor del Humor, estuvo en Posdata, y hasta hizo un dúo llamado Humor y Medio con Sergio Enrique Morlán, llevando las risas a los rincones más recónditos de la isla.
Recuerdo que en el 93, estuvo en el Festival Nacional del Humor Aquelarre… ¡un show! Y en el 2005, lo vimos como “Yury” en la película Un Rey en La Habana de Alexis Valdés, ¡empingao el papel!
El Chico Bombón en la Yuma
Ya en Miami, el hombre siguió metiéndole. Se presentaba en teatros, en centros nocturnos, siempre con su gracia, sus imitaciones. En las redes sociales era una fiera, hacía parodias de Jorge Junior, El Micha… ¡la gente se partía de la risa! ¡Tremendo swing tenía el tipo!
Un adiós que duele
La noticia de su muerte ha puesto a la comunidad cubana desbaratá. Muchos colegas, amigos, fanáticos… todo el mundo echándole flores en las redes. ¡Y con razón! El Chico Bombón era un tipo bárbaro, chévere, y un artistaazo. Su humor tenía un don especial: hacía que uno olvidara los problemas, aunque fuera por un rato.
Preguntas Frecuentes
Muchos están preguntando por los detalles de su muerte. Por ahora, la información es poca. Solo sabemos que lo encontraron muerto en su apartamento en Miami. La causa está siendo investigada, y mientras tanto, nos queda el dolor de su pérdida. El legado que deja el Chico Bombón es impagable.
Conclusión
Su partida deja un vacío tremendo en el mundo del humor cubano, pero su alegría y sus risas van a seguir sonando en nuestros corazones, como un buen son cubano. Que descanse en paz, asere. Ya le vamos a echar de menos, qué bolá.