¡Tremendo choque en Palma Soriano! Un carro se fue a la casa
Coño, asere, que candela la que se formó en Palma Soriano, Santiago de Cuba. Un carro, parece que a la cañona, se fue derechito contra una casa. ¡Se metió hasta adentro, eh! Atravesó la acera como si nada y se empotró en la pared. Una tremenda vaina.
El carro contra la casa: ¡Por poco pasa algo feo!
La cosa es que, por suerte, no hubo víctimas fatales. La casa tenía un muro, como un chivo expiatorio, que le paró los pies al carro. Si no, mira… De todas formas, todavía no se sabe si hubo algún herido, pero los bomberos tuvieron que llegar a la carrera para sacar el carro y asegurar la zona. Una tranca, de verdad.
¿Por qué tantas guaguas y carros chocan en Santiago?
Oye, pero esto no es nuevo, asere. En Santiago, los accidentes de tránsito son pan de cada día. Es una combinación de cosas jodidas: las carreteras están en un estado deplorable, muchas veces parecen caminos de cabras, la señalización brilla por su ausencia, y la gente, ¡uff!, a veces conduce como si fuera en una pista de carreras. Y eso que no estamos hablando de carros de lujo, muchos tienen problemas técnicos que solo un mago podría solucionar.
Y el tema de la guagua es otro cantar. Con la cantidad de guaguas viejas que andan por ahí, una chispa cualquiera puede provocar una candela. Como dicen por ahí, a veces el que sale bien librado es el que tiene suerte, ¡y punto!
Hay que hacer algo, antes de que pase algo peor
Al final del día, lo que hay que hacer es apretar los tornillos. Necesitamos que arreglen las carreteras, que pongan más señalización, que enseñen a la gente a conducir como es debido, y que controlen a los que andan borrachos o con los carros en malas condiciones. Hay que meterle caña al problema, antes de que pase una desgracia mayor, porque ya esto es una tremenda candela. ¿Tú qué dices, asere?
Conclusión
En fin, el accidente en Palma Soriano nos recuerda lo importante que es la seguridad vial en Cuba. Hay mucho por hacer para mejorar las condiciones de las carreteras y concienciar a los conductores. Espero que no pase nada más grave, pero la realidad es que con lo que hay por allí, todo el mundo anda con los pelos de punta.