¡Toirac y la Seguridad del Estado! ¡La cosa está que arde!
Dime, hermano, échate este cuento que está más bueno que un mojito en la playa. Ulises Toirac, ese tipo que te saca una carcajada hasta con un chiste de abuela, fue citado por los de la Seguridad del Estado. ¡Ajá! Pensarás que hubo candela, que le dieron un susto del carajo… Pero ¡ño, asere!, la cosa fue diferente.
El encuentro: Más largo que un día sin pan
Según cuenta el propio Toirac en sus redes, la cita duró más de una hora. ¡Una hora sin parar! Más tiempo que buscando guagua en hora pico. La conversación, dice él, se centró en conocer su punto de vista sobre la situación del país. Como dicen por ahí, “pa’ que aprendan”.
Pero aquí viene lo bueno. Toirac, con su tremenda jeta, puso una condición antes de empezar a hablar: si el objetivo era presionarlo por sus opiniones, mejor ni comenzaban. Ni una presión, ni un “qué tú crees tú?”.
El chiste del día: ¡Hasta con apagón!
La parte más chistosa es que Toirac tardó en contar lo sucedido. ¿Por qué? Pues porque se quedó sin batería en el celular y cuando llegó a casa… ¡apagón! . Hasta la naturaleza conspiró para que la historia se hiciera esperar. Y para rematar, dice que tenía que mear. ¡Tremendo!
Toirac a los 62: ¡Más relajado que un coco en la orilla!
Para el 29 de junio Toirac cumple 62 tacos. ¡62! Con ese montón de años encima, él mismo dice que hasta se puede permitir el lujo de “mearse sin previo aviso”. ¿Y quién se lo va a negar? Con esa edad y esa guapería, hasta los mismos de verde lo miran con respeto.
La moraleja
En fin, mi gente. El cuento de Toirac con la Seguridad del Estado no es de esos que te dejan sin aliento, con el corazón a cien por hora. Es más bien un chiste que te arranca una sonrisa. Quizás no se arregló nada, pero el tipo se fajó con su humor y salió airoso. Eso sí que es guapería. Que siga la lucha, pero con esa misma chispa. ¡Salud!