¡Tiburón en Hollywood! ¡Qué candela!
Dime, hermano, échate este cuento: ¡Un tiburón atacó a un tipo en Hollywood, Florida! Ño, asere, de pinga, ¡esto sí que es una película! El martes, como a las 3 de la tarde, el bicho le dio una mordida al hombre en el brazo, ¡tremendo abuso! Parece que el tipo estaba en el agua, ¡zas!, saltó como si le hubieran pinchado con un alfiler, y a gritar que daba gusto.
Los bomberos llegaron rapidito, le pusieron un torniquete al pobre hombre, más rápido que la guagua en hora pico, y pa’l hospital derechito. ¡Menos mal que no fue peor, asere! Porque un susto así te deja con la lengua afuera desde que sale el sol.
La Playa, ¡Cerrá’a!
Después del susto, la playa se cerró más rápido que un quiosco en tiempo de huracán. Los socorristas pusieron orden: ¡fuera del agua, todo el mundo! Según me contaron, tienen un protocolo: 30 minutos de pausa, miran bien si hay más bichos por ahí, y si no hay peligro, ¡vuelven a abrir! Eso sí, la gente quedó con la miel en la boca y más pendiente de los tiburones que del vecino chismoso.
Un susto de muerte, pero sin más detalles
La verdad es que detalles…pocos. El nombre del tipo, su edad, la condición médica, todo eso está más guardado que los secretos de la abuelita. Solo sabemos que la mordida fue “significativa,” ¡como para quedarse sin brazo! ¡Tremendo comemierda ese escualo!
¿Será que el tiburón estaba con hambre, o es que le cayó mal la comida? ¡Quién sabe, asere! Lo que sí es verdad es que los que estaban cerca, se quedaron helados como un mojito en un freezer.
Precaución, mi gente
Esta noticia, aunque suena a cuento chino, es real. Así que la moraleja es: ¡Precaución en la playa! No vaya a ser que te toque bailar con el tiburón. Y recuerda, si ves una aleta sospechosa, ¡corre más rápido que el fula cuando se le acaba el ron!