¡Suelto! Trump sale libre en el caso de Nueva York
Bueno, mi gente, ¡EL que puede puede! El que fuera presidente, Trump, se libró de la cárcel como Pedro por su casa. Lo sentenciaron por fraude en Nueva York, ¡34 cargos de felonía, ni más ni menos!, pero el juezaco, el tal Merchan, le dio un “descargo incondicional”.
¿Un descargo… qué?
Eso mismo preguntamos todos, ¿no? Un “descargo incondicional” quiere decir, en cristiano, que las condenas siguen ahí, como mancha en el expediente, pero no hay sanción adicional. Ni un día en la cárcel, ni multas, ni nada de esas cosas. ¡Como si nada hubiera pasado!
La Fiscalía, ¿qué dijo?
La fiscalía, parece ser, estuvo de acuerdo con la decisión. ¡Ajá!, como que ya lo sabían todo. ¡Se les cayó el guante! Y para colmo, el propio Merchan ya había dado señales de que eso era lo que iba a pasar. ¡Póngale cuidado!
Reacciones a borbotones
La noticia ha caído como un meteorito en la política mundial. Algunos dicen que es una farsa, otros que es justicia, y otros que… ¡bueno, hay de todo, como en botica! Las redes sociales, un hervidero. ¡Una guagua llena de chismes y opiniones!
Preguntas y Respuestas al Estilo Cubano
P: ¿Y qué carajos significa ese “descargo incondicional”? Me dejó más loco que una cabra.
R: Mira, compadre, es como si te ponen una multa por tirar basura, pero después te dicen: “Bueno, la multa queda, pero no te vamos a cobrar nada”. Queda la mancha, pero no te castigan. ¡Un descaro, pero legal!
P: ¿La fiscalía se quedó muda o qué? Se ve que se lo montaron al revés.
R: Ahí está la cosa, mijo. Parece que la fiscalía estaba al tanto de todo. Como que ya tenían el “plan B” listo. ¡Con ellos no se juega!
P: ¿Trump va a la playa o qué, después de este susto?
R: Quien sabe, amiguito. A lo mejor está celebrando con un mojito bien frío. Lo que sí es que la cosa está bien caliente, y el debate, ¡ardiendo!
P: ¿Tú crees que esto es justicia o una payasada?
R: Eso es como preguntar si el café está dulce o salado. ¡Depende del gusto de cada cual! Hay opiniones para todos los colores, y la gente está más dividida que un pastel de guayaba.