¡Sueltan a la cubana que agarró ICE!
Dime, hermano, échate este cuento que está más bueno que un cafecito recién colado. Resulta que Laura, una joven cubana de 26 años, con un I-220A en la mano, como quien dice, fue a su citación con ICE en Miramar, Broward. Todo parecía normal, una cita de rutina, ¿verdad? Pues, ¡mentira! La cogieron como si fuera un guajiro robando mangos en plena cosecha.
El susto de la familia
La familia de Laura se quedó con el alma en un hilo. ¡Imagínate! La muchacha, sin antecedentes penales, con su asilo pendiente… ¡y de golpe, la desaparecen! La preocupación era más grande que la cola de la bodega un lunes por la mañana. ¡Pensaron que la iban a mandar pa’ Cuba derechito!
La congresista al rescate
Pero, ¿quién viene al rescate? ¡La mismísima congresista María Elvira Salazar! La mujer, ¡qué candela!, se fajó con el caso como si fuera un gallo en una pelea de gallos. Habló con ICE, habló con el Departamento de Seguridad Nacional, y les puso las cosas claras: Laura no es ninguna amenaza, su asilo está en proceso, y no se puede permitir que la manden a Cuba así como así. Hasta invitó a la madre de Laura a su oficina, ¡eso sí es tener corazón!
El final feliz (o casi)
Y, ¡zas!, como por arte de magia, la soltaron. ¡Sueltan a Laura! La noticia llegó como un rayo de sol en medio de un aguacero. La familia entera respiró con alivio, y la alegría fue más grande que el mismo Malecón en un día de fiesta.
Pero ojo, el cuento no acaba aquí. Aunque está libre, el caso de Laura sigue pendiente. Su audiencia de asilo sigue ahí, esperándola. Así que, aunque celebramos la liberación, todavía hay que estar pendientes y seguir empujando pa’ que todo salga bien. Porque en este juego de la inmigración, ¡nadie está a salvo!
Moraleja: ¡Ten fe, pero no te duermas en los laureles!
Este cuento, asere, nos deja una tremenda reflexión. Que aunque tengas tus papeles en orden, la cosa en inmigración puede cambiar de un día para otro. Así que, ¡a mantenerse alerta y a luchar por lo que es tuyo!