¡Sor Nadieska Soltó la Bomba! ¡La Monja que le Cayó al Gobierno!
Mi gente, La Sor Nadieska Almeida, la monja que le pone candela a la oración, se mandó un descargo que dejó a medio mundo con el ojo cuadrado. La hermana no se anda con chiquitas, y esta vez soltó un arsenal de verdades que dejaron a más de uno con la lengua afuera.
El Sermón de la Calle
La monja, que parece que se tomó un cafecito bien cargadito antes de escribir, no se anduvo con rodeos. En su misiva, que se regó como pólvora por las redes, le cantó las cuarenta al gobierno. Habló de la desesperanza, de la falta de alegría en el corazón de la nación, y lo dijo todo, sin pelos en la lengua.
“Todo lo que se va gestando en estos últimos tiempos en nuestro país no trae alegría al corazón de la nación…”
¡Ño, asere! Eso no es un chiste, eso es la pura realidad. Y Sor Nadieska lo dijo con nombre y apellido. Mencionó la nueva relación con Rusia, y se preguntó:
“¿no hay ninguna posibilidad desde dentro?”
A esa pregunta, mi gente, le caben mil respuestas. Mucha gente se estará haciendo la misma. Porque a nadie le gusta que le impongan las cosas, ¿verdad?
La Guagua que Nunca Llega
Sor Nadieska no se quedó en las generalidades. Fue directo al grano, como la aguja de un tocadiscos. Habló de la falta de soluciones a problemas que nos tienen con la lengua afuera: la inseguridad, el hambre, la falta de medicinas. Hasta se atrevió a hablar del estado de nuestras calles y alcantarillas:
“¿Es razonable que un país se inunde porque su servicio de drenaje está colapsado…?”
¡Tremendo abuso, eh! Esa pregunta, hermano, nos la hemos hecho todos. ¡Y no hay quien la responda! Es como esperar la guagua en la parada más caliente, en pleno medio día, y que nunca llegue.
El Grito del Pueblo
La monja no se quedó calladita. Se fajó con todo y puso el grito en el cielo por la necesidad de un cambio, de un diálogo real, de escuchar la voz del pueblo. Y no solo habló, lo hizo con fe y con valentía:
“No nos convertimos en enemigos por decir con verdad lo que vemos y creemos…”
¡Así mismo es! Decir las cosas como son no es ser enemigo, es ser cubano. Y Sor Nadieska lo demostró.
¿Y Ahora Qué?
El cuento, asere, está más caliente que un ajiaco en pleno verano. El gobierno tendrá que dar la cara, o ponerse a rezar para que esto no se le vaya de las manos. Porque la voz de Sor Nadieska no es la de una sola mujer, es el grito de un pueblo que pide a gritos un cambio.