Rubio le mete mano al Departamento de Estado ¡y qué clase de candela!
Dime, hermano, échate este cuento que está más bueno que un mojito en un día de playa. Resulta que Marco Rubio ha soltado una bomba que ha dejado a más de uno con la lengua afuera: ¡un mega-recorte en el Departamento de Estado! Ño, asere, esto sí que es candela.
Menos oficinas, menos gente… ¡más problemas!
El tipo, bajo la bandera del “Estados Unidos Primero” ha decidido que hay que fajarse con una reorganización que te va a dejar con el ojo cuadrado. ¿De qué se trata? Pues de cerrar oficinas como si fueran fondas en plena crisis, y de despedir gente como si estuvieran repartiendo caramelos en un día de Halloween.
Se habla de un 15% menos de personal dentro del país, y ¡agárrate!… la eliminación o fusión de más de 130 oficinas y burós por todo el mundo. De 734 divisiones, se bajan a 602. Los programas que no “encajen” con los objetivos nacionales, ¡al garete! Ni pinga que les den otra oportunidad.
¿Y los derechos humanos, qué?
Lo que más llama la atención, mi gente, es que esta limpia va a dejar sin trabajo a la oficina del Subsecretario de Seguridad Civil, Democracia y Derechos Humanos. Esa oficina, que se supone que defiende los derechos humanos por ahí, ¡va a desaparecer! Algunos de sus trabajos pasarán a una nueva oficina… ¡pero enfocada en la ayuda humanitaria! ¿Qué abuso es ese, ah?
Los expertos se rasgan las vestiduras
Los que saben de estas cosas, los ex-diplomáticos y demás, están que echan chispas. Dicen que esto puede debilitar a EE.UU. en el mundo, que se va a quedar sin poder para influir en temas importantes como los derechos humanos y la defensa de la democracia.
¿Eficiencia o desastre diplomático?
Rubio lo defiende diciendo que los contribuyentes no deben seguir pagando por cosas viejas o que no sirven. Pero, ¿y si esta “eficiencia” cuesta más caro al final? ¿Qué pasa con la imagen de Estados Unidos en el mundo? Eso es lo que muchos se preguntan.