¡Qué descaro! Roban hasta las traviesas del tren en Santiago
Dime, hermano, ¿has oído hablar de lo que pasó en Palma Soriano? ¡Un chiste de película, te lo juro! Resulta que un tipo, que según el reporte se llama Nelson (aunque seguro que le dicen “El Hormiguero”), decidió que las traviesas de hormigón del tren eran el nuevo negocio del siglo.
Se las fue llevando de a poquito, como el que se roba los mangos de la mata ajena. Las escondió en el patio de su casa, como si nada, pensando que iba a pasar p’alante con el plan. Pero ñooo, asere, la policía lo pescó con las manos en la masa. ¡Tremendo susto se habrá llevado el “Hormiguero”! Los oficiales llegaron a la vivienda, ubicadita en Dos Ríos, y ¡zas! Allí estaban las traviesas.
La guagua se va, pero el tren… ¡se queda parado!
Este no es un caso aislado, mi gente. Es la cruda realidad de un país donde la escasez es el pan de cada día. La gente se rebusca como puede, y cuando el estómago ruge con más fuerza que el gallo de la abuela, la moral se va al garete. Nelson, seguramente, pensó: “Si no hay trabajo, si no hay nada que comprar, ¡me jodo y robo lo que pueda!”.
Pero el problema no es solo la desesperación de un tipo. ¡Es que el tren se queda sin traviesas! ¡Y eso es una candela! El transporte ya estaba dando tumbos, y ahora, con este nuevo “emprendimiento” de Nelson, la cosa se complica más.
El país se desmorona, traviesa a traviesa
La verdad es que esto es más que un simple robo; es un reflejo de la situación que vivimos. La falta de materiales de construcción lleva a la gente a buscarlos donde sea, aunque sea ilegal. Se roban cables, tapas de alcantarillas, postes de luz… y ahora hasta las traviesas del tren. ¡Hasta las piedras del camino se están llevando!
Nelson, el “Hormiguero”, va a tener que fajarse con la justicia. Pero aunque lo metan preso, la pregunta sigue ahí: ¿qué va a pasar con el resto? ¿Cuántas traviesas más se van a perder? ¿Hasta cuándo vamos a ver estas cosas? Esto sí que está más inflado que un globo. ¡Tremendo abuso!