La Ley de Nietos: ¡Se Acaba la Fiesta o Qué?
Dime, hermano, échate este cuento que está caliente. Resulta que el Consulado español en La Habana, ese sitio donde muchos sueñan con agarrar la visa para irse de Cuba, soltó la bomba: ¡Fecha límite para las citas de la Ley de Nietos! ¡Ño, asere!
¡El Reloj Corre!
El miércoles, como quien no quiere la cosa, anunciaron que el 23 de junio se acaba el “chanchullo” actual. A partir de esa fecha, se cambia el sistema de citas y, ¡ojo al dato!, todos los usuarios registrados hasta ahora, se van pal’ carajo. O sea, que si no estás adentro antes de esa fecha, te quedas con las ganas, mi gente.
¿Qué Pasa con la Ley de Nietos?
Esta Ley de Memoria Democrática, que a muchos les abrió las puertas de España como si fuera un portal mágico, parece que está dando sus últimos coletazos. Miles de cubanos han aprovechado la oportunidad para ir a Europa, y ahora, con este anuncio, están más locos que una cabra en un garaje. Nadie sabe qué va a pasar después del 23 de junio, si van a seguir dando citas o si se acabó el cuento.
El Pánico Está en la Calle
La verdad, hermano, la gente está desesperada. Las colas en el consulado son más largas que una serpiente de cascabel, y la incertidumbre es mayor que el precio del dólar en el mercado negro. Muchos están buscando por todos lados, tratando de conseguir una cita antes de la fecha límite. Otros, los más relajados, se lo toman con calma, pero con un ojo en el reloj, claro.
¿Qué Hacer?
Si tú eres uno de los que está en la cola, fajate y corre. No te duermas en los laureles. Si tienes posibilidades de “pinchar” una cita antes del 23 de junio, hazlo. No esperes que te caiga del cielo, porque eso aquí en Cuba, ni pinga.
La Incertidumbre
Al final del día la gente se las arregla como puede, buscando la manera de salir adelante, incluso si tiene que fajarse con los trámites burocráticos más enredados que una madeja de hilo. Lo que sí está claro es que la incertidumbre reina en la isla. Muchos están con la lengua afuera, esperando a ver qué pasa con esta famosa Ley de Nietos. ¡Tremendo lío!