¡Qué bolá, familia! Pónganse al tanto de lo que pasó en el Watsco Center de Miami este sábado. L Kimii, asere, dio un concierto tremendo, ¡de pinga! El chama conectó un jonrón de emociones, un cuadrangular de sentimiento que se fue hasta la luna. Miles de fanáticos, una candela que no se apagaba ni con los apagones de la Isla.
Pero, ¡espérate que esto está bueno! En medio del show, ¡zas! Suavecito, sin mucho alboroto, Samantha Hernández, su “jama”, subió a la tarima. Un bailecito relajado, puro sabor cubano, y de repente, ¡plam! Un besazo apasionado, un hit directo al corazón de todos los presentes. ¡Qué candela! Los celulares se volvieron locos, todo el mundo grabando ese momento monumental. Ni con replay en el VAR de Grandes Ligas cambian esa jugada.
Ese rolling por el centro de la tarima se convirtió en un bambinazo que dio la vuelta al mundo. Las redes sociales explotaron, ¡una verdadera locura! Muchos lo calificaron como el momento más romántico de la noche. ¡Tremendo!
Pero la cosa no quedó ahí, asere. L Kimii también le dio su swing único a la noche, luciendo una camiseta negra con la frase “Díaz-Canel Singao”. ¡Candela pura! Un mensaje político claro, directo, como un strike en plena esquina, que resonó entre los asistentes. Eso es para tirarlo por foul line y olvidarse, sin vuelta atrás.
Después del concierto, habló con la prensa, todo tranquilo, como quien se faja con un pitcher fácil. Sobre el beso, dijo que fue algo genuino, un momento espontáneo entre él y su “mamacita”. ¡Qué bolá! Hasta dijo que la canción que sonaba en ese momento, “Instagram”, tenía la respuesta de su “flow” con Samantha.
Oye, chama, incluso, La Mismísima Sicaria comentó en Facebook que su pareja, ¡un dominicano!, se enteró del beso por L Kimii mismo, ¡que el tipo le mandó un video!. Esa historia dio más rebotes que un rolling en terreno malo.
En fin, mi gente, una noche llena de buena música, de romance, y de un mensaje político claro. L Kimii se fajó de verdad, conectando un jonrón monumental, ¡un juego para recordar! Un saludo a todos que lo vieron en vivo, ¡que candela!.