¡Hambre y Propaganda! La Habana Despierta al 1ro de Mayo
Dime, hermano, échate este cuento… Amaneció el Primero de Mayo en La Habana, y la cosa estaba más “caliente” que un techo en pleno verano. A las 5:30 am, ¡zas!, camiones con bocinas a todo trapo, como si el mundo se fuera a acabar. No era la guagua, mi gente, eran los “cacharros” llevando gente al desfile. Pero, ¿sabes qué? Parecía que la misión principal era despertar a la ciudad y recordarle que, aunque no haya pan en la bodega tienen que marchar, qué abuso.
Una Habana Fantasmal
Después de tanto alboroto, ¡zas!, silencio. Un silencio que te dejaba con la lengua afuera, un silencio de domingo triste pero en pleno lunes. Sales a caminar a eso de las 8:30 am y… ¡ña! Ni un alma. Ni un carro. Ni el murmullo habitual de la gente. Parecía que La Habana se había esfumado, como por arte de magia.
El Tesoro en la Basura
Y entonces, ¡pum!, llegas a el basurero de siempre, el de la esquina, y te topas con los únicos dos seres vivos en varias cuadras a la redonda: dos viejitos buscando qué comer entre la basura. Uno encontró una cajita, la abrió, sacó algo (ni idea qué era) y se lo metió en la boca. Masticaba lento, sin dientes, con una calma que te daba hasta ganas de llorar.
El otro, con una bolsa toda sucia, la alzó y soltó: “Me he encontrado un tesoro, asere.”
Esa imagen, hermano, se me quedó grabada. Mientras en la tele repetían lo mismo de siempre: logros, esfuerzo, victorias… la realidad de mucha gente era esa: hurgando en la basura buscando qué comer. Ni te cuento.
El Trabajo del Hambre
Ese día, el único que “trabajaba” a destajo era el hambre, mi gente. Y eso no es un cuento de “fresa”, eso es la cruda verdad, un “chisme” que se ve y se siente todos los días en las calles de Cuba. Eso sí es un “cuento chino” de verdad. Así que el Primero de Mayo, para muchos, fue un día de lucha, pero no la que cuentan en los discursos.