¡Evarista se fue, pero su legado queda!
Dime, hermano, ¿te acuerdas de Evarista? Esa mujer, ¡qué candela! La que le daba sabor a “Vivir del Cuento” con sus ocurrencias. Pues, mi gente, les cuento que Aris Teresa Bruzos, la actriz que le daba vida, se nos fue. Se fue de este mundo, pero su risa y sus chistes quedarán grabados en la memoria de todos los que alguna vez la vieron en la pantalla. La noticia la soltó el propio Pánfilo, Luis Silva, por Facebook, y vaya que nos dejó a todos con el alma chiquita.
Una vida dedicada al humor… y a la escuela
Ño, asere, no te creas que Aris Teresa se dedicó al teatro toda su vida. Primero se fajó como maestra, educando a generaciones de muchachos en Santiago de Cuba y después en La Habana. ¡Una jefa! Pero al llegar a los 73 años, ¡zas!, decidió pincharse en el mundo de la actuación. Y vaya que lo hizo a lo grande. Evarista llegó para quedarse, y aunque el programa se fue al garete por “molestar” a los de arriba, Aris Teresa seguía ahí, con su sonrisa, aunque casi sin poder caminar. El propio Silva dijo que hasta los últimos capítulos quiso grabar, con la memoria intacta, una verdadera guerrera. Una muestra de la candela que tenía por dentro.
El legado de Evarista
Evarista no era solo un personaje; era una parte de la familia cubana. Su chispa, su forma de ver el mundo, esa picardía… ¡tremenda muela! Los cubanos de todas las edades la querían. Su muerte es una pérdida para todos, un vacío que dejará la comedia cubana. A ella no la salva ni un salve.
Preguntas y respuestas, a lo cubano
¿Quién era Aris Teresa Bruzos? Era la actriz que hacía de Evarista en “Vivir del Cuento”, ¡una institución, mi hermano! La que le ponía sabor a la vida con sus ocurrencias.
¿Qué pasó con ‘Vivir del Cuento’? Ese cuento está más inflado que un globo. Se lo llevaron por delante, porque al parecer, sus chistes molestaban a los que mandan.
¿Y qué pasa ahora con Pánfilo? Pánfilo anda por allá, por los Estados Unidos. Por ahí dicen que se quedó fijo, pero eso ya es otro cuento…
Aris Teresa se nos fue, pero su Evarista vivirá por siempre en nuestras mentes y en nuestros corazones. Que descanse en paz, ¡se lo merece! Hasta la próxima, asere.