¡ETECSA, qué falta de respeto! Millones en ganancias, ¡y los teléfonos ni funcionan!
Dime, hermano, ¿has oído hablar de la ETECSA? La misma de siempre, la que te cobra un ojo de la cara por un servicio que parece sacado de una película de terror. Parece mentira, pero es la pura realidad. Mientras ellos se forran a dólares, la gente se queda con la lengua afuera esperando que les arreglen el teléfono.
El caso de las abuelas… ¡y otros miles!
En Diez de Octubre, vive Rodrigo, un tipo que cuida a dos abuelas. En febrero, ¡pum!, se les fue la línea telefónica. Desde entonces, Rodrigo se ha fajado como un campeón para que ETECSA le solucione el problema. Llamadas, visitas a oficinas… ¡hasta en el periódico se quejó! Pero nadie le hace caso. ¿La respuesta de ETECSA? Prometieron arreglarlo en 72 horas… ¡mentira como una casa! Ni una visita a las abuelas hicieron. Ni pinga. ¡Qué abuso!
Este no es un caso aislado, asere. Miles de habaneros pasan por lo mismo.
ETECSA: ¡Millones de dólares en ganancias!
¡Y mientras tanto, ETECSA se forra! Después del aumento de precios en mayo, ¡se embolsaron más de 24 millones de dólares en solo 46 días! ¡Más de medio millón al día! ¡Tremendo comemierda! ¿Para qué sirve tanto dinero si ni siquiera pueden mantener un servicio decente?
El tarifazo, según ellos, era para “incentivar las recargas del exterior” y controlar el consumo interno. Pero lo único que se ha controlado es el bolsillo de la gente. Las redes sociales están que arden con quejas y críticas.
¿Y la calidad del servicio? ¡Ni te cuento!
Además de los teléfonos rotos, tenemos la conectividad que parece que se conecta a la velocidad de una tortuga dormida. Los apagones son candela, y aunque prometieron baterías nuevas en las radiobases, la cosa sigue igual.
Al final del día ETECSA se lleva los millones, y la gente se queda con el servicio en la cuneta. ¡Qué falta de respeto!
El resumen: ¡Un descaro total!
Mientras ETECSA presume de sus ganancias millonarias, los habaneros sufren la pésima calidad del servicio. La empresa estatal, sin competencia, sin transparencia y sin la más mínima voluntad de resolver los problemas de sus clientes, demuestra un descaro total. Esto está más inflado que un globo. A ese no lo salva ni un salve. ¡Que abuso!