¡En Iglaterra le dieron con la puerta en las narices a Cuba!
Dime, hermano, échate este cuento que está más bueno que un café cubano recién hecho. Resulta que el Banco Nacional de Cuba (BNC), ese mismo que a veces parece más un banco de arena, se fue a fajar con un fondo de inversiones en Inglaterra. El pleito, por una deuda de 78 millones de dólares que se le quedó pegada desde la época de los dinosaurios (los años 80, asere).
¡Un fondo buitre, dicen algunos!
La cosa es que este fondo, que algunos llaman “fondo buitre” (¡y con razón!), se quedó con la deuda de Cuba, y el BNC, como si fuera un gallo sin plumas, trató de apelar la decisión en el Tribunal Supremo Británico. Pero… ¡ay, nanita! El Supremo les dijo que no. ¡Como si les hubieran tirado una guagua por encima!
Cuatro derrotas seguidas… ¡Tremendo!
Esto ya es la cuarta vez que el BNC sale perdiendo en los tribunales ingleses. ¡Tremendo récord! Según dicen, la apelación no tenía “un punto de derecho discutible” ni era de “importancia pública general”.
¡Cuba dice que es ilegal, pero… no convenció!
La versión cubana es que la compra de la deuda fue un “cuento chino”, que era ilegal y que hasta hay un ex-directivo del BNC preso por corrupción en el asunto. Pero a los jueces ingleses no les llegó al alma, como dicen por ahí.
¿Y ahora qué?
Pues, que el fondo de inversiones está más contento que un niño con un juguete nuevo y que Cuba… bueno, Cuba tiene un problema más en su ya larga lista de problemas. La deuda inicial era de 78 millones, pero estos buitres dicen que Cuba les debe más de 1,200 millones. ¡Eso sí que da un susto!
Conclusión: ¡Tremendo palo!
La verdad es que esto está crudo. Otro palo para la economía cubana, que anda más mareada que un guajiro en su primer viaje a la ciudad. Y lo peor es que esto podría abrir la puerta a más demandas. ¡Así que prepárense para más cuentos, asere! ¡Que esto no se ha acabado!