¡El susto migratorio deja a los chamaquitos sin clases!
Dime, hermano, ¿has oído hablar del susto que tienen a los papás latinos en Estados Unidos? ¡Una candela! Resulta que el miedo a las redadas migratorias está dejando a muchos niños sin ir a la escuela. Sí, asere, lo que oyes. Parece cuento chino, pero es la pura realidad.
El ICE y la falta a clases: ¡una mala combinación!
El asunto es que antes, las escuelas y las iglesias eran lugares “seguros”, donde el ICE no metía sus garras. Pero ahora, eso se fue al carajo. Los papás, con el susto en el cuerpo, prefieren guardar a los chiquillos en casa antes de arriesgarse a que los pille el “fula” del ICE. ¡Tremendo lío!
Oreana, una mamá venezolana con cuatro hijos en Arizona, cuenta que está viviendo un verdadero drama. “Asere, escucho a montones de gente preguntándose si deben llevar o no a los niños a la escuela. Tienen miedo a que les pase algo en el camino, o hasta dentro de la propia escuela”, dice.
Las escuelas, vacías de chiquillos
Y no es que estén inventando. Thomas S. Dee, un gurú de la educación en Stanford, confirma que el ausentismo escolar está por las nubes en California. ¡Candela! Dice que, en cuanto empezaron las redadas, las faltas a clases subieron como la espuma.
El problema no es solo para los muchachitos. Las escuelas también sufren las consecuencias, porque necesitan que los niños asistan para recibir la plata del gobierno. ¡Un chiste!
Los maestros también gritan
Hasta los maestros están protestando. En Los Ángeles, el sindicato está pidiendo al distrito escolar que proteja a los estudiantes inmigrantes. ¡Que les den seguridad, que no los molesten los del ICE!
El dilema de los padres
Oreana lo resume todo en una frase: “No es que no queramos que vayan a la escuela. Es que no queremos que eso sea lo último que vean antes de que nos separen”. ¡Qué dolor!
Al final del día, este es un problema enorme, un verdadero drama humano. El miedo a la separación familiar está afectando la educación de muchos niños latinos. Y eso, asere, no tiene arreglo fácil. Es una tremenda película cubana, llena de dolor y desesperación.