¡El pollo llegó de Miami!
Dime, hermano, échate este cuento: resulta que en junio del 2025, las compras de Cuba a los gringos subieron más que el precio del pan. ¡Tremendo brinco! El Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba soltó la noticia, y aquello fue un chisme en toda la isla. ¿Y qué fue lo que más compraron? ¡Pollo, asere, pollo! Más de 21 millones de dólares en carne de pollo. Eso sí que es candela. Como si estuviéramos en una fritanga gigante.
Más que un pollito, ¡una bandada!
Ño, asere, no es solo el pollo. También leche, arroz, café… lo que falta en las bodegas, en fin. Pero lo del pollo… eso sí que es un cuento chino. Casi el 60% de la comida importada fue pollo. ¡Se ve que aquí algunos quieren tener muslitos de pollo pa’ rato!
Yuma, ¿qué más traes en el camión?
Pero la cosa no se quedó en el pollo, mi gente. De Miami también llegaron carros usados (12 millones de dólares, ¡vaya!), motos (casi 2 millones), paneles solares (pa’ que no nos falte la luz en los apagones), bicicletas… hasta enzimas, ¡qué cosa más rara! El yuma se está poniendo generoso, o quizás quiere que nos olvidemos del embargo. ¡Quién sabe, asere!
El embargo, ¿un cuento de nunca acabar?
A pesar de todo este intercambio comercial, la realidad en Cuba sigue siendo dura. Las colas son un clásico, la escasez de comida una constante… y el gobierno sigue culpando al embargo. ¡Qué abuso! Aunque lleguen pollos desde Miami, la distribución en la isla parece un rompecabezas, un verdadero cuento chino. ¿Será que la guagua del reparto se quedó sin gasolina?
En resumen: ¡Tremendo guarapo!
En fin, mi gente, la cosa es que las importaciones de EEUU a Cuba subieron como la espuma, con el pollo como estrella invitada. Pero, aunque el comercio florece, la realidad en Cuba sigue siendo la misma: un guarapo bien dulce y un poco agrio al mismo tiempo. El futuro, como dicen, está en la sopa… ¡o en el pollo frito!