¡Oye, mi gente, escuchen este son!
Que el papel sin sabor se me revienta en la mano,
¡pero hoy te lo canto con ritmo de bongó, con el alma en la voz!
Que la cosa está que arde, como el sol en el central,
y el euro se puso guapo, ¡más guapo que un general!
¡Así suena el tambor! ¡Así te lo digo yo!
El euro llegó al solar a romper el récord, ¡cuidado, campeón!
Quinientos pesos por billete, ¡un santo negado!
El dólar se quedó mirando, con su aire prepotente,
y el MLC, ¡ay, mi MLC!, en su baile permanente.
¡La Cuba morena se revuelve! ¡La economía en el suelo!
El peso cubano se desangra, ¡un lamento en el cielo!
Los números oficiales, ¡un cuento mal contao’!
Que si flotante, que si no, ¡pura bemba pa’ la gente!
Pero allá en la calle, donde el pueblo canta y llora,
el euro es rey, el dólar es tropa, ¡la cosa no mejora!
Cien euros son cincuenta mil, ¡la cuenta me duele, hermano!
Cien dólares, cuarenta y cuatro, ¡un golpe de mano!
El negro y el mestizo, el que suda y no se cansa,
ve cómo su sudor se evapora, ¡una ilusión que avanza!
El santo no responde, Shangó no da consuelo,
solo el ritmo del tambor y el sabor del caramelo… ¡de caña!
Nos hablan de cambios, de un futuro prometío’,
pero el precio de la calle, ¡ese no se ha movío’!
Va pa’rriba, mi gente, como espuma en el ron,
¡y el bolsillo del cubano, se queda en callejón!
¡Que no me vengan con cuentos de hadas, ni con promesas vacías!
Que este son de la vida, ¡lo canto con mi gente, día tras día!
Con la sal que le pone el negro al caldo,
con la fuerza del caribe, ¡y un futuro respaldado!
¡Oye, mi hermano! ¡Esto tiene sabor de caña recién cortá!
¡Esto es Cuba, mi gente! ¡Con alegría y con verdad!
¡Y que siga sonando el bongó, que siga la rumba!
¡Que la esperanza negra y mestiza, ¡nunca se acumba!
¡AZÚCAR NEGRA!