¡Descaro! ¡Congreso Pedagógico en el Palacio mientras las escuelas se caen!
Dime, hermano, mi gente… Mientras el régimen se da un festín de lujo en el Palacio de Convenciones con su Congreso Internacional Pedagogía 2025, las escuelas de la Isla se caen a pedazos como castillos de naipes en un huracán. ¿Pedagogía para quién, entonces? ¿Para los que se sientan en butacas con aire acondicionado o para los muchachos que estudian en aulas con goteras y sin libros y muchas veces sin maestros?
La fiesta de los “educadores”
El evento, que reunió a la flor y nata del gobierno (incluyendo a Díaz-Canel y Marrero, claro), se llenó la boca con palabras bonitas sobre “los retos del siglo XXI” y la “innovación educativa”. ¡Qué bolá! Como si la innovación fuera instalar Wi-Fi en el Palacio de Convenciones mientras en muchas escuelas ni siquiera hay pizarras.
Hablaron de “competencias docentes” y “metodologías activas”. Ño, asere, y yo me pregunto: ¿De qué competencias hablan si los maestros están huyendo del país a pata suelta, buscando un futuro mejor? ¿Y qué metodologías activas van a implementar si los niños no tienen ni lápices para escribir?
La otra Cuba, la de verdad
Mientras los “educadores” se deleitaban con sus debates en el Palacio, la realidad en la mayoría de las escuelas era otra muy diferente. Te hablo de aulas llenas de huecos, techos a punto de colapsar, falta de materiales escolares… hasta la escasez de libretas y lápices parece una amenaza de bomba atómica. La educación cubana, cual educación?
Los que dicen estar preocupados por la educación de nuestros niños y jóvenes, se la pasan en congresos súper elegantes en vez de solucionar los problemas de las aulas reales. Es que el cuento está más inflado que un globo, hermano.
El doble discurso
El congreso se jacta de mostrar “los avances y estrategias” de la educación cubana. ¡Qué descaro! A ver, ¿dónde están esos avances? ¿En las escuelas deterioradas? ¿En la fuga de profesores? ¿En la falta de recursos? No me jodas, asere, eso es pura guapería de barrio.
La verdad es que la realidad se les cae encima como una casa de naipes. Mientras se habla de “ciudadanía global” y “desarrollo sostenible”, los niños cubanos se enfrentan a una realidad bien distinta, una marcada por la escasez, la falta de oportunidades y la falta de una educación decente.
Conclusión: Otro blah blah blah
Al final del día, esto es un reflejo más del doble discurso del régimen. Una cosa es lo que dicen, y otra muy distinta es lo que sucede en la vida real. Mientras se celebran congresos en palacios, la educación cubana, y con ella el futuro de la nación, sigue en ruinas. ¡Que bolá!