¡Desaparecieron en Guantánamo!
Dime, hermano, ¿qué tú crees que está pasando en Guantánamo? ¡Parece que el Diablo anda suelto! Dos casos de desaparecidos tienen a la gente con la lengua afuera.
El caso de Alicia: ¡Una candela!
Primero, tenemos a Alicia María Montes de Oca Pérez, una joven que tiene sus batallas con la cabeza. Según la familia, que está más desesperada que perro sin dueño, desapareció el jueves por la mañana. Ella se había puesto más brava que un perro con rabia en los días previos, y eso les tiene a todos con los pelos de punta. Su cuñada, Yailén Columbié, soltó el chisme en Facebook, pidiendo ayuda a todo el que pueda. “Estamos desesperados, ella tiene problemas mentales y últimamente estaba agresiva, necesitamos que nos ayude. Pueden llamar a este número 53399869, es su hermano”, escribió. ¡Tremendo susto!
El padre de la muchacha, Carlos Montes de Oca Reyes, también salió a la calle a buscarla, “Esta niña es mi hija, por favor, el que la vea que avise urgente. Estamos desesperados, esta niña tiene una verdadera familia que la adora.” ¡Palabras que te rompen el corazón! La gente en los comentarios está más preocupada que nunca, y muchos culpan a la falta de medicinas para la mente, un problema que está más grande que el Malecón.
Over Luis: ¡Pal’ Baracoa y nunca más!
El otro caso, el de Over Luis, es también una tremenda película. Desapareció el lunes 18 de agosto al mediodía, y hasta ahora nadie sabe dónde está. Su hermana dijo que llevaba un mono camuflaje, un pulóver rojo y zapatos blancos, y que había hablado de ir a Baracoa. Pero nadie lo ha visto por allá. ¡Qué misterio, asere! La familia ha dado sus números de contacto: 54067416 y el +1 (813) 244-5943 (¡hasta en Estados Unidos están buscando!). La policía ya está enterada, pero la familia anda más perdida que un pulpo en un garaje.
¿Dónde está la ayuda?
Estos dos casos, que son solo la punta del iceberg, muestran lo mal que está el asunto de las desapariciones en Cuba. No hay un sistema oficial, una forma de buscar a la gente que se pierde. La familia tiene que recurrir a las redes sociales, a la buena voluntad de la gente, a la solidaridad de barrio. ¡Es una pena! Y en el caso de personas con problemas mentales, la escasez de medicinas lo hace todo mucho peor. Sin las pastillas, las crisis son más frecuentes, y la posibilidad de perderse aumenta.
¡Necesitamos soluciones YA!
Lo que se necesita aquí es que las autoridades se fajen y pongan en marcha un sistema decente para buscar a los desaparecidos. ¡Cada hora cuenta! Mientras tanto, estas familias siguen sufriendo, con la esperanza de que la ayuda llegue antes de que sea demasiado tarde. ¡Qué triste realidad, chama!