Canción contra ETECSA les cae como un balde de agua fría a unos muchachos
Dime, hermano, échate este cuento. Resulta que dos muchachos, Carlos Alejandro Campos Cruz, de 20 años, y Ernesto de Jesús González Fleitas, un menor de edad, se fajaron a componer una canción, pero con un toque de crítica a las nuevas tarifas de ETECSA. ¡Y vaya que les salió el tiro por la culata!
La canción, que se regó como pólvora en las redes, le cantaba las cuarenta al aumento de precios y a las limitaciones que ahora hay para recargar. De pinga, la gente lo sintió porque ¡quién no se ha quedado con la lengua afuera buscando megas! Pero al parecer, a los de la Seguridad del Estado no les hizo tanta gracia la “tremenda muela”.
¡Agarrados como ratones!
Ño, asere, la cosa es que los muchachos fueron cogidos como si fueran los más peligrosos criminales, llevados a una unidad policial y ¡interrogados como si hubieran cometido un delito de lesa patria!. El periodista Mario J. Pentón soltó la información, diciendo que los amenazaron, que los trataron como si fueran terroristas. ¡Tremendo abuso! Todo por cantar lo que piensa la mayoría del pueblo, que está hasta las chancletas con las nuevas tarifas.
Se calentaron las redes
Esta situación encendió la candela en las redes. La canción, lejos de ser algo aislado, refleja el malestar generalizado. Mucha gente considera que el aumento de precios de ETECSA es un atraco, una estafa, un abuso descarado. La gente se está quejando a más no poder, muchos hasta están hablando de un parón de recargas como forma de protesta.
Pero la cosa no queda ahí. Parece que la respuesta del gobierno ha sido silenciar cualquier voz crítica que ose levantar la cabeza. La censura está peor que nunca, pero la solidaridad entre los cubanos, entre los artistas, también está más fuerte. Hasta el propio “El Necio”, un comentarista que suele defender al gobierno, parece que soltó un par de palabras, diciendo que hacía falta un diálogo.
El cuento de la guagua que nunca llega
Al final del día, este cuento es como la guagua que nunca llega. La gente está cada vez más desconectada, no solo por el precio de las recargas, sino por la falta de una comunicación fluida entre el gobierno y el pueblo. El acceso a internet, que debería ser un derecho, se ha convertido en un lujo para muchos cubanos. La gente está harta, asere, ¡harta! Y la represión solo logra empeorar las cosas.