¡Azúcar! Alex Duvall: ¡Un año en EE.UU., sabor a libertad!
¡Ay, mi gente! ¡Qué bolá! Prendan sus velas y preparen los pies para bailar, porque la historia de Alex Duvall en Estados Unidos es más sabrosa que un café cubano recién hecho en el Malecón. Este asere, ¡ha celebrado su primer año en la tierra del sueño americano con un mensaje en Instagram que te hará mover el esqueleto!
Desde el mismísimo Puente de Brooklyn, nuestro Alex, con esa alegría que solo un cubano tiene, nos regala un recuento de su primer año lejos de la Isla. ¡Más dulce que el azúcar, mi vida! Un año lleno de subidas al escenario con colegas del género urbano, conciertos con artistas internacionales como Wisin, Marc Anthony y Feid. ¡Cielo, qué gozadera! Ha conocido rincones de Estados Unidos que le han robado el corazón, pero sin olvidar jamás sus raíces cubanas.
¡Nostalgia y bendiciones bajo el sol de Nueva York!
“Comenzar de cero nunca es fácil”, dice Alex. Y vaya que tiene razón, mi vida. Dejar atrás la familia, el barrio, el sabor de casa… eso tiene que ser más difícil que aprenderse una guaracha completa. Pero, con esa fe inmensa que caracteriza a los cubanos, Alex se echó pa’lante con un corazón lleno de agradecimiento: “¡Gracias, Dios!”, exclamó, reconociendo la lluvia de bendiciones que ha recibido.
Su publicación incluye fotos con su familia en Cuba, esas imágenes que hacen que hasta la más fiestera de las rumbas se silencie por un instante. Esas fotos que recuerdan a quienes se quedaron, a los que extrañan el calor de su tierra, ese aroma a guarapo y a recuerdos imborrables.
¡El ritmo de la rumba sigue latiendo!
Alex no solo ha conquistado escenarios internacionales; ha crecido como artista y como persona. ¡Más ritmo que una conga en plena Habana! Su mensaje es un canto a la perseverancia, un son contagioso que invita a todos a perseguir sus sueños, sin importar lo lejos que estén. “¡Gracias a los que llegaron, a los que están y a los que se fueron también!”, escribió, incluyendo a todos en su coro de agradecimiento.
Así que, mi gente, ¡a bailar se ha dicho! La historia de Alex es un ejemplo de que, con talento, alegría y mucha fe, se puede conquistar el mundo entero sin olvidar nunca de dónde uno viene. ¡Azúcar!