¡Ay, mi madre! ¡Le robaron la Green Card en Cuba!
¡Azúcar, mi gente! ¡Que bolá! Celia Cruz aquí, para contarles un cuento que está más caliente que la salsa de mi abuela. ¡Un cuento con sabor a Cuba, a peligro, y a ¡mucho ritmo!
El Viaje que se Puso Amargo
Miren ustedes, mi vida, que Leonardo Peña de la Cruz, un cubano con su green card bien puesta, decidió irse de vacaciones a la isla. ¡Qué alegría, no? Pero el viaje, ay, el viaje… ¡se puso más amargo que un café cubano sin azúcar!
En medio del camino, asere, entre Guantánamo y La Habana, ¡zas! Le rompieron el vidrio del carro y le robaron sus documentos, ¡incluyendo su preciada green card!
¡La Extorsión en Facebook!
Pero espérense, mi cielo, que esto se pone mejor… o peor, depende de cómo lo miren. Su green card, ¡apareció en un grupo de Facebook de compra y venta de carros en La Habana! ¡Como si fuera un anuncio de un carro clásico, pero en vez de un Chevy, ¡una green card!
Los malandrines, ¡con la cara más dura que un coco!, le exigieron $4,000 dólares para devolverle su residencia. ¡Cuatro mil dólares! ¡Más que un concierto en el Carnegie Hall!
¡Celia dice: NO a la Extorsión!
Pero Leonardo, mi vida, ¡no se dejó ! No cayó en la trampa de esos sinvergüenzas. En vez de pagar, ¡fue directo a la Embajada de Estados Unidos en La Habana!
Y adivinen qué, mi gente… ¡lo atendieron de maravilla! Le ayudaron con todo, le arreglaron los papeles, y ¡ya tiene su cita para volver a los Estados Unidos!
Consejos de Celia para un Viaje Seguro
¡Y para que ustedes no pasen por lo mismo, aquí les van unos consejos de la Guarachera de Cuba!:
- Cuiden sus documentos como si fueran oro puro. No los dejen a la vista en el carro, ni en ningún sitio inseguro.
- Si les roban algo, denuncien a la policía. Y si les intentan extorsionar, ¡no paguen! Vayan a la Embajada de Estados Unidos, que allí los van a ayudar.
- ¡Vivan la vida con alegría, pero con precaución!
Este cuento, mi vida, es una prueba de que hasta en los momentos más difíciles, ¡hay que echar pa’lante con sabor! ¡Así que recuerden, mucha azúcar, mucha rumba, y ¡a cuidarse! ¡Que viva Cuba! ¡Que viva la música! ¡Que viva la vida! ¡Azúcar!