Dime, hermano, échate este cuento… ¡Tremendo lío está pasando en Cuba con las letras y las ideas! Alina Bárbara López Hernández y Jenny Pantoja Torres, dos intelectuales están otra vez en la mira.
Según el maestro Gustavo Arcos –un tipo que sabe lo que dice, eh–, estas dos figuras están sufriendo un nuevo acoso judicial. ¡Un abuso más grande que el hueco de la calle 23! Él mismo lo dijo: esto no es nada personal, asere, es un patrón, una “tremenda maquinita” pa’ callar a cualquiera que no cante lo que el gobierno quiere oír.
Arcos recuerda que el año pasado, más de 200 personas firmaron una carta, una declaración que decía: “¡Basta ya de meter preso a quien piensa diferente!” Pero, ¡al parecer, nadie hizo caso! Ahora, la historia se repite, como un disco rayado que nadie quiere cambiar.
En el texto que compartió Arcos, el tipo se faja con todo: “Se le teme a la palabra, a las voces, a los argumentos. Toda opinión que no se pliegue o aplauda el discurso oficial es reprimida.” ¡Tremendo!
Pero, ¡ojo al dato!, ni con todo el aplastamiento, Alina y Jenny siguen firmes. ¡Más bravas que un perro con rabia! Y eso, mi gente, le tiene la lengua afuera al gobierno.
Arcos dice que esto es una injusticia tan grande como la deuda externa de Cuba. ¡Un abuso que ni el mismísimo Fidel salvaría! Y termina con una frase brutal: “No necesitamos héroes. Necesitamos espacios cívicos y derechos plenos para cada ciudadano.” ¡Eso sí que es una verdad como un templo!
En fin, mi gente, esto es pura candela. Mientras, el pueblo sigue en la cola de la bodega, esperando que llegue la guagua, y soñando con un país donde las ideas no se paguen con cárcel. ¡Que Dios nos agarre confesados!