¡Ay, Abuelo! ¡Lo Cogieron Vendiendo Caramelos!
Dime, mi gente, Resulta que en La Habana, agarraron preso a un abuelito de 71 años, Héctor Julio Cedeño, ¡por vender caramelos! ¡Caramelos, asere! Como si fuera un capo del narcotráfico. La gente en la calle se quedó muda, pero de la indignación, claro.
¡Hay Hambre, Coño!
Las fotos del viejito subiendo a la patrulla, con la gente gritando “¡Hay hambre!”, son pura verdad. No es chiste. El tipo estaba tratando de sobrevivir, echándole guapería a la vida como puede cualquiera en este país. Y ¿la recompensa? Un viaje gratis a una celda. Esto sí que está más apretao que un guaguancó en plena calle.
Un País en Crisis
Esto no es nuevo, mi gente. En diciembre pasado, ¡agarraron a un nene vendiendo caramelos en el aeropuerto! ¿Qué clase de barbaridad es esta? El gobierno se faja con los más débiles mientras la economía se va al carajo. El cuento es que cierran kiosquitos y negocios por aquí y por allá, diciendo que no tienen papeles, pero la realidad es que la gente necesita comer, ¡y hace falta más guarapo que el de la guayaba!
Mientras la Cúpula…
Mientras tanto, los de arriba siguen con sus fiestas y sus carros importados, con sus casas de lujo. La guagua no llega, ni aunque le recen a Oshún. La gente pasa trabajo y solo les queda hacer lo que sea para poder llevar un pedazo de pan a la mesa.
¿La Solución?
La represión no es la solución. La gente no está pidiendo limosna, está pidiendo que le den una oportunidad, que le den comida. El problema no son los caramelos que vende el viejito, sino el sistema que lo obliga a hacerlo. Esto está más caliente que un ajiaco en un día de verano. ¡Hay que buscar una solución, y no más arrestos!
Reflexión Final
Este caso del abuelito es una bofetada de realidad. Es un espejo que refleja el hambre, la desesperación y la injusticia que vive el cubano de a pie. Que cada quien saque sus propias conclusiones, pero aquí, en la esquina, la gente está que trina. ¡Tremendo abuso!