¡Apagón! La UNE y su tremendo cuento chino
Dime, hermano, échate esto: otro lunes, otro apagón. La UNE, con su sonrisa de cocodrilo, nos anuncia 1892 MW de oscuridad. ¡Un chiste, asere, un chiste! 1822 MW de déficit, dicen. Eso es más que un hueco en el bolsillo, eso es un hueco en la noche cubana.
La Guagua de la Luz Nunca Llega
¿El motivo? La cantinela de siempre: averías en las termoeléctricas. La “Antonio Guiteras,” esa vieja gloria, otra vez fuera de combate. Felton 2, Renté 6, la unidad 4 de Energas Varadero… ¡todos en la enfermería! Y los motores, ¡ay, los motores!, más de 80 parados por falta de combustible. Eso son 714 MW menos, ¡una barbaridad! Ni en el peor sueño de un guajiro se ve tanto despelote.
Una talla súper fula
Y como si fuera poco, 12 motores en Melones y 5 en Regla también están de vacaciones. Sumenle a eso 322 MW menos por limitaciones térmicas… ¡Tremendo lío! La cosa está tan mala que hasta los paneles solares, que pusieron a trabajar como mulas, se quedan cortos. 476 MW de potencia máxima, ¡qué poca cosa! En fin, estamos fritos, como un huevo en la sartén a pleno sol.
A oscuras, hasta que salga el sol (y a veces, ni así)
El panorama es brutal. Más de 20 horas sin luz en muchos lugares. Santiago de Cuba, Holguín, Villa Clara, Matanzas… ¡la candela está prendida en todo el país! En La Habana, te apagan la luz por barrios, como si fuera un juego de dominó, pero de mala suerte. ¿Las consecuencias? Comida podrida, fábricas paradas, electrodomésticos muriéndose… y la gente, con la lengua afuera, como perro en día de calor.
El cuento de la UNE: ¿Sanciones o falta de inversión?
La UNE habla de sanciones y falta de dinero para comprar fuel. Pero la realidad es un poco más compleja, un picadillo con más sazón. El sistema eléctrico cubano es viejo, un carro de los años 50, sin mantenimiento. Se necesitan, dicen, entre 8000 y 10000 millones de dólares para ponerlo a tono. Mientras tanto, la gente se faja con la oscuridad, y la esperanza se va apagando más rápido que una vela al viento.
En resumen, esta noche nos espera otra noche larga y oscura. Así que, a buscar la linterna, a disfrutar de la luz de las estrellas, y a esperar que la guagua de la luz, algún día, decida pasar por nuestra esquina. Que bolá, familia.