¡80 Sacos de Arroz! ¡El Tipo Se Creyó Rey del Mercado Negro!
Dime, hermano, échate este cuento que está más bueno que un pastelito de guayaba. Resulta que en Manzanillo, Granma, la policía le puso el cascabel a un “empresario” del arroz. ¡80 sacos, asere! Ochenta sacos de cien libras cada uno. ¿Se imaginan la cantidad de arroces congri que se podían hacer con esa pila? Ni en sueños.
La Caza del Arroz
El tipo, que se creía el rey del mercado negro, estaba haciendo su negocio a lo grande. Vendiendo el arroz a precios de locura, aprovechando la escasez que hay en las tiendas y las bodegas. A esos precios, hasta los yumas se asustarían. El “fula” que le faltaba a la gente, él lo tenía amontonado. Tremendo abuso, ¿no?
Pero la cosa no quedó ahí. Cuando la policía le hizo la visita, no solo encontraron el arroz. ¡También una buena cantidad de billetes verdes, mi hermano! Todo indicaba que el hombrecito estaba viviendo como un jeque, a costa del hambre ajena. Se lo llevó la patrulla a paso ligero; que le canten la misa.
El Arroz y la Crisis
Este cuento, aunque parece de broma, es un reflejo de la dura realidad cubana. La escasez de comida y los altos precios en el mercado negro son un dolor de cabeza para todos. La gente se faja todos los días para conseguir un poco de arroz, y este tipo estaba ahí, haciendo su agosto a costa del sufrimiento de otros.
Qué Bola…
Este caso deja muchas preguntas en el aire. ¿Cómo consiguió tanto arroz? ¿Quién le ayudó? ¿Cuántos otros están haciendo lo mismo? Ño, asere, esto sí que es una película de esas que dan candela. Mientras tanto, la gente sigue haciendo cola en la bodega, esperando que llegue la guagua… ¡y el arroz!