¡Qué bolá, familia! Pónganse al tanto de este tremendo rollingo que se fue pa’ la calle, pero no de buena manera, ¡eh! Hablamos de Daniel Verduzco, un ex-poli de Corpus Christi, Texas, que se fajó un batazo monumental, pero de esos que te dejan fuera del juego de por vida. Se declaró culpable, asere, de tener candela con una quinceañera, una chama de 15 años.
Este tipo, ¡qué pinga!, conoció a la muchachita mientras hacía su trabajo de poli. Usó su posición, su uniforme, para acercarse a ella y montarle su juego. Eso es más trampa que un pitcher escondiendo la bola en la manga, ¿oíste?
La investigación fue un jonrón. Se encontraron más de 3,700 mensajes entre Verduzco y la menor. Mensajes con fotos y videos picantes, planes para sus encuentros… ¡Candela pura, hermano! Ni con replay en el VAR de Grandes Ligas cambian esa jugada. Estaba cantado, como un strike que te cae en plena esquina.
El tipo aceptó su culpa en mayo, pero eso no le salvó de la pena. Recibió 15 años de cárcel federal, más 10 años de libertad supervisada. Tiene que registrarse como delincuente sexual, y ni hablar de las restricciones en el uso del internet, ¡olvídate de las redes sociales! Eso está más perdido que bola en el sol del Latino.
El padre de la chama sospechó algo raro y denunció. Eso desató la investigación del ICE y el HSI, con ayuda de la policía de Corpus Christi. ¡Tremendo trabajo de equipo, eh!
El fiscal Ganjei explicó que la condena es un mensaje claro: abusar de la autoridad para hacerle daño a un menor tiene consecuencias. Es una traición a la confianza pública, un rollingo por el medio que te saca del juego sin posibilidad de regresar.
Verduzco salió del dugout de la corte, directo a la cárcel. Esa historia dio más rebotes que un rollingo en terreno malo, y ahora está pagando duro por su bambinazo fuera del parque. ¡Qué le sirva de lección a todos los playeros que quieran hacer sus jugadas sucias! Relájate y prende, que esto está bueno… y también sirva de alerta, asere.